Introducción

Pocas personas desconocen el genocidio y las atrocidades cometidas por los Jemeres Rojos en su Kampuchea Democrática. [A] Sin embargo, pocos conocen la historia que siguió a la caída del régimen de Pol Pot, en la cual, los Jemeres Rojos recibieron ayuda encubierta de EEUU, el Reino Unido, China y Tailandia para continuar la lucha contra Vietnam, tras haber sido el régimen de y Pol Pot derrocado por el ejército vietnamita con la ayuda de aliados camboyanos.

Tras la caída del régimen de Pol Pot, China y Estados Unidos cambiaron su postura hacia los Jemeres Rojos. Este cambio se debió a la división chino-soviética y al acercamiento de Estados Unidos con China. La invasión vietnamita de Camboya despertó en China, temores en torno a la expansión soviética en Indochina. El gobierno estadounidense estaba, al igual que China, interesado en aislar a Vietnam, que era un aliado de la Unión Soviética.

En 1982, China, Estados Unidos y Gran Bretaña apoyaron una votación en la ONU que mantuvo a los Jemeres Rojos en su escaño en el Consejo de Seguridad. Esta votación fue controvertida, ya que los jemeres rojos eran responsables del genocidio camboyano. Aquella decisión no era sino parte de la política encubierta de apoyo a los Jemeres Rojos, que se habían retirado a la frontera tailandesa. La ayuda de China y Estados Unidos a los Jemeres Rojos fue un ejemplo más de realpolitik de la Guerra Fría.

La Teoría del Domino

La intervención en el sudeste asiático de EEUU tuvo «oficialmente» una de sus principales justificaciones en la llamada Teoría del dominio, que formó parte de la política exterior adoptada para el sudeste asiático durante la presidencia de Eisenhower. [1] Según esta teoría, si un país de la región (por ejemplo, Vietnam en 1954) adoptaba el comunismo, a continuación no tardarían en seguirle otros como Camboya y Laos, para terminar extendiéndose al resto de países en la región como Birmania, Tailandia, Indonesia, Filipinas.

Más que una verdadera teoría geopolítica honesta, la Teoría del dominó era una forma de compromiso político encaminado a comprometer a EEUU con la defensa de los regímenes aliados en el Sudeste Asiático, en una región considerada de valor estratégico, pero también que se quería evitar que cayera en manos de gobiernos comunistas. [2] Poco a poco, Estados Unidos, al igual que la URSS, se fue volcando cada vez más en su propia agenda política internacional, ignorando ya en fechas muy tempranas a las Naciones Unidas. La teoría del dominio era una forma de que EEUU pudiera desarrollar su propia agenda política exterior sin interferencias de la ONU u otros organismos internacionales. [3]

La Carta del Atlántico. Idealismo disfrazado de intervencionismo (1941)

El «idealismo» estadounidense de la Guerra Fría se fundamentaba (o se disfrazaba) en la Carta del Atlántico, un acuerdo firmado por Roosevelt y Churchill (obligado y a regañadientes) mediante el cual, EEUU y el Reino Unido se comprometían a defender «ciertos principios comunes en la política nacional de nuestros países respectivos, en los cuales radican las esperanzas de un mejor porvenir para la humanidad».

En esencia, la Carta del Atlántico declaraba, ya en agosto de 1941, cómo sería el nuevo mundo de posguerra, un mundo en el que EEUU se convertiría en el líder absoluto del «mundo libre», al cual toda nación del mundo colonizada o «amenazada por el comunismo»podría recurrir para solicitarle su ayuda en favor de la «libertad y autodeterminación de los pueblos» y del «derecho a vivir en seguridad en sus fronteras libres de miedo». [4]

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Estados Unidos no creó deliberadamente a los Jemeres Rojos, no, aunque las políticas estadounidenses condujeron al auge y radicalización del grupo que a su vez, sin el apoyo de China, tampoco habría llegado a convertirse en la máquina de matar que fue.[47]

«Cuándo se examina la política exterior de Estados Unidos en el siglo XX, Camboya se encuentra en el punto más bajo de la diplomacia norteamericana, peor todavía los Estados Unidos estuvieron muy cerca del genocidio». [Douglas Brinkley. Profesor distinguido de Historia. Universidad de Nueva Orleans]

Las políticas de bombardeos y el golpe de Estado, provocaron la unión entre fuerzas sociales y políticas que tenían ideas a menudo completamente opuestas y que, de otra forma, habría sido casi imposible su unión. Si la creación o los orígenes de los Jemeres Rojos es un asunto complejo y siniestro, el apoyo que estos recibieron durante más de 10 años, es igualmente otro lado truculento de la geopolítica, pero más sencillo de comprender en términos de los que solo los «observadores fríos» y las personas capacitadas para «dirigir al rebaño desconcertado que brama y pisotea», son capaces de entender.

A pesar de todos los esfuerzos en su contra, los comunistas vietnamitas consiguieron derrotar a los genocidas maoístas. Fueron los vietnamitas los que construyeron el museo del genocidio para que se pudiera recordar la enorme envergadura de uno de los mayores crímenes cometidos contra la Humanidad en el siglo XX, un crimen a cuyo desenlace contribuyeron algunas de las naciones más «respetadas» del mundo en lo que fueron los últimos grandes y trágicos juegos de poder en el sudeste asiático.

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